No hay nada más descorazonador a la hora de emprender un viaje en el automóvil, que encontrar una rueda con poco aire, intentar dar arranque y ver que no responde o descubrir que la batería ha dicho basta.

Reemplazar la llanta defectuosa, un arranque dañado o pedir una nueva batería es algo que cuesta tiempo y dinero, pero existen algunas herramientas, casi todas electrónicas, que pueden sacarlo momentáneamente del apuro mientras lleva el carro a un centro de servicios.

Estos son algunos “básicos” que hay que tener a la mano al lado del kit de herramientas tradicionales y cómo utilizarlos.

Iniciador portátil de batería

Pocas situaciones tan molestas como salir con el tiempo medido y encontrarse con que nuestro auto no enciende gracias a que la batería se quedó sin carga. Y si estamos en un sitio retirado, en medio de una carretera y/o lejos de la ciudad, pues esperar la asistencia mecánica o un buen samaritano tal vez no sea la mejor opción.

El iniciador portátil es aquí la alternativa para resolver el inconveniente. Se trata de una especie de cargador que cabe perfectamente en la guantera de la mayoría de carros, funcionan con baterías compactas de iones de litio y solo pesan cerca de un kilogramo.

Por medio de los cables y las pinzas que debemos llevar también en el maletero, conectamos la batería del auto al iniciador y este comprobará automáticamente el estado de carga de la batería, las condiciones generales, el estado de sulfatación y si el acumulador está en condiciones de ser cargado.

Inicia el periodo de carga durante unos minutos mediante pulsaciones eléctricas y la puede llenar hasta el 80% de capacidad. Luego, se da encendido al carro este volverá a la vida gracias al iniciador portátil. Estos iniciadores o arrancadores de batería se pueden conseguir en el mercado entre $280.000 y $400.000, dependiendo de la marca y la capacidad que ofrezcan. Algunos incluso pueden servir para la siguiente función.

Estas herramientas sirven para mantener una batería cargada cuando los autos permanecen mucho tiempo sin uso, como es el caso de los carros antiguos o los que se usan poco por diversas circunstancias. Se conectan a un enchufe normal de pared en los garajes y mantienen una carga estable durante periodos prolongados de tiempo.

Estos mantenedores evitan tener que desconectar la batería de los bornes y la posterior molestia por la desconfiguración de algunos sistemas como el reloj, la radio o el cuentakilómetros parcial. Al estar permanentemente recibiendo carga, todos los sistemas, incluyendo la alarma, la multimedia o incluso, las conexiones a internet en el caso de los vehículos modernos. De hecho, cuando la batería se reconecta, se pueden encender testigos de error que ameritan un escaneado en concesionario para borrarlos. Con el mantenedor esto se evita.

La mayoría de Battery Tenders, como también se les conoce, tienen un sistema propio que detecta cuando está cargada la batería para apagarse automáticamente y no sobrecargar el acumulador, lo que podría producir sobrecalentamientos y explosiones espontáneas. Su precio oscila entre $110.000 y $250.000

Cuando una llanta pierde aire y mientras logramos llegar a una estación de servicio, el minicompresor nos saca del problema. Se trata de un aparato que entrega aire a presión a través de una boquilla. Ese aire proviene, precisamente, de un compresor que funciona mediante energía eléctrica obtenida a través de un cable alimentador, que se instala en la toma de corriente de 12 voltios que tiene el vehículo. Generalmente, es el encendedor, o algunos la tienen entre los asientos delanteros o en el maletero.

La boquilla roscada se conecta en la entrada de la válvula de la rueda que queremos inflar y al encender el compresor, el aire llega a presión a la cámara y mediante el manómetro que tiene el aparato, sabremos la cantidad de aire que debemos aplicar, según las indicaciones del manual o el adhesivo que hay en el marco de la puerta del conductor. Dependiendo del fabricante y la capacidad, un minicompresor de aire para el auto puede costar entre 70.000 y 200.000 pesos.

Son perfectas para la acumulación de polvo, la contaminación por residuos sólidos pequeños, restos de comida, papeles sueltos, pelo de mascotas o hasta para encontrar pequeños objetos que suelen perderse en los recónditos lugares bajo los asientos, como monedas, botones, ganchos y alfileres.

Las hay portátiles con batería o enchufables a la toma de 12 voltios del encendedor. Suelen gastar unos 5,4 vatios / hora y tienen boca de succión alrededor de unos 220 milímetros. Realizan el aspirado ligero del vehículo en cuestión de minutos. El depósito de basura aspirada puede ser de unos 350 mililitros. Busque que sea fácil de limpiar, que tengan depósito y filtro de polvo lavables y que el peso no sobrepase el kilogramo. El precio de una aspiradoras portátil para automóvil ronda los $100.000.